La policía había detenido al hermano de Ramón. Este parecía preocupado,
pero no por su hermano. Parecía que Ramón estaba detrás de esto,
y eso mismo pensabamos Paz y yo, entonces decidimos seguirle. Se dirigió al
bajo B. Entró en el garaje y nosotros detrás de el. Ramón se detuvo delante
de una nave espacial y de allí salieron los dos ancianos.:
-¡Son extraterrestres¡ - grito Paz. Lo dijo tan alto que los extraterrestres
pudieron oírla.
- ¿Qué hacéis aquí?- preguntó Ramón.
- ¡Que mas da¡ -dije enfadado – Los tres sois extraterrestres.
- No, puedo explicarlo. Un día, mi hermano y yo estábamos
haciendo un experimento, pero de repente, cayo una nave del cielo
aterrizando en el bajo B. Nos dimos cuenta de que eran extraterrestres. Su nave se había averiado y había caído en la Tierra. Yo los quise ayudar, pero mi hermano quiso entregarlos. Yo se lo impedí y me secuestró.
- ¿Y qué es ese líquido verde? – le pregunté.
- Es gasolina para la nave y como veis ya está lista.- me respondió.
Llegó la hora de marcharse. Ellos lo sabían y entonces, sin decir nada, entraron en la nave, dieron las gracias a Ramón y con solo tocar un botón, la nave arrancó y se perdió en el Cielo.
Josu
Siempre me han gustado las historias de extraterrestres, nunca he visto ninguno y no se si existiran, pero cuando leo vuestras historias me parecen reales.
ResponderEliminara mi no me importaría que me secuestrase un extraterrestre, eso sí, que me dé un paseo por el espacio y luego me vuelva a traer a mi casa. ¿que me dices Josu? ¿Te apuntas?
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