LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

Cuando Ramón dijo que había que ir al bajo B, mi hermana y yo dijimos a la vez:
-¿Dónde los extraterrestres?
-¿Qué extraterrestres?- dijo Ramón.
- Luego te lo contamos- dijo Paz.
-¿Bueno Ramón, qué quieres hacer en el bajo B?- le preguntó mi hermana.
- No, perdón me he equivocado, no vamos al bajo B, quería decir que vamos a mi casa.-dijo Ramón-. Os daré un Cola-Cao calentito.
Mientras bebíamos el Cola-Cao, le contamos lo de los extraterrestres.
Ramón se quedo boquiabierto y nos dijo que fuésemos al bajo B.
Pasamos una horas hablando con el matrimonio del bajo B, hasta que después de mucho preguntar nos dijeron que eran extraterrestres.
Después de dos años de vecinos y de hacernos buenos amigos, nos llevaron a conocer su planeta: era pequeño, desde el espacio se veía rojo y gris, con colores brillantes.
Yo nunca imagine estar en otro planeta llamado Marioneta.
Uxue

LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

Cuando Álex , Sana, Paz y Ramón fueron a buscar a los robots al bajo B ( la casa de los robots) no estaban allí sino que estaban en la casa de Álex y Paz. Cuando entraron a la casa de estos, con pistolas que pueden destruir todo lo que se ponga por delante, y vieron a los robots comiendo las asquerosas rosquillas de su padre, pensábamos que se iban a volver locos, y eso pasó, se volvieron de lo más locos y por los ojos de los robots salía un líquido verde y repugnante que todo lo que tocaba lo convertía en agujeros. Todos juntos, con las pistolas que llevábamos, les dimos en la espalda a los dos robots y los destruimos para siempre. Ramón se dio cuenta que no tenía que haber programado esos robots.
Amagoia

EL TERROR DEL SEXTO B

...Mientras movía el esqueleto para gastar una broma al profesor, le pillaron, y entonces le expulsaron de la escuela.
Él protesto:
-Yo forme parte del gran árbol ¡No es justo!- Dijo con rabia.
Y entonces, Juan Guillermo pensó que haría uno mas grande.
Juan Guillermo, hizo el árbol. Al hacerlo, lo volvieron a inscribir en la escuela y, a cambio él le dio el árbol a la escuela.
Así él aprendió una lección, es importante responsabilizarse de las cosas.
¿A que no adivináis por qué he hecho una moraleja?
Ji, ji, ji.
Oier

SIMÓN SIMÓN

Después de enfadarse el profesor se paró y entró en un bar para emborracharse, ¡claro, luego para conducir, como que no! Por supuesto tuvo un accidente. Simón en ese momento estaba haciendo de espantapájaros y no se dio cuenta de nada, pero el verdadero espantapájaros vio todo lo que había ocurrido y fue corriendo a decírselo a Simón, éste se lo contó a sus amigos y todos fueron a avisar a la policía. Cuando vinieron lo llevaron al hospital. Después de pasar unos días en rehabilitación lo llevaron a la cárcel por haber conducido borracho. En el colegio estuvieron tres días sin clase hasta que por fin consiguieron otro profesor. A la mayoría de los alumnos no les importó demasiado el haber disfrutado de esas pequeñas vacaciones.
Izadi

LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

Después de unos días extravagantes, esos extraños vecinos del bajo B, no fueron tan extraños. Al fin y al cabo, ese líquido verde que salía por debajo de la puerta era la tubería que echaba un extraño liquido de ese mismo color. Y después de dedicarle un poco de tiempo y bastante energía, arreglaron la tubería entre todos, y para celebrarlo todos juntos hicieron una tarta deliciosa de doble capa de chocolate, que comieron sin rechistar. ¡ No dejaron ni un diminuto trozo! ¡Ni una miguita!
Xabier Aguinaco

SHOLA Y LOS JABALÍES

Shola y el señor Grogo se separaron del grupo de cazadores. De pronto, oyeron un ruido y lo siguieron. Inspeccionaron todo el monte de arriba abajo. Shola como no sabía que eran jabalíes buscaba hasta por los arbolés pensando que podían trepar como las ardillas. El señor Grogo cansado de ver a Shola buscando jabalíes por los arbolés le dijo:
- ¡Shola los jabalíes no trepan!
- Ya lo se, estoy mirando a ver si veo una ardilla -dijo.
Después de unas horas Shola uso su olfato para buscar los jabalíes. De pronto olió algo extraño y decidieron seguirlo. Se trataba de una oveja que se había escapado del rebaño. Cuando devolvieron la oveja a su pastor siguieron su camino. Estaban tan agotados que se pararon para beber agua. Siguiendo el camino se dieron cuenta de que había dos caminos y decidieron separarse. El señor Grogo pensaba que una perra no le podía ganar, ¡pero estaba equivocado! Al poco tiempo Shola encontró a los jabalíes, y se abalanzaron sobre ella, pero ésta reaccionó rápido y los esquivó, y tan rápida como un león le mordió a un jabalí en el cuello y lo mató. El resto de la manada huyó rápidamente. Al volver hicieron un banquete. ¿Adivináis lo que comieron?
Unai Tueros

EL TERROR DEL SEXTO B

...El subcampeón de natación estaba enfadado y al anochecer una sombra le esperaba.
Salió y de repente, alguien lo llevo arrastras hacia un coche robado. El señor extraño tenía barba y brazos fuertes.
Llegaron a una caseta en medio de la nada y el niño vio que tenía barba postiza. ¡Era su entrenador! Tenía un plan y lo puso en práctica. Primero esperó al anochecer. Luego se fugó en bicicleta y finalmente llamó a la policía que arrestó al entrenador.
Iñigo

LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

Paz y yo descubrimos que los vecinos del bajo B eran robots asesinos del vecino del tercero A. Decidimos tenderles una trampa: Meteríamos a Sana (ardilla buena de Ramón ) a su casa y ésta robaría los mandos a distancia de los robots.
Todo estaba bien y Sana entró por la ventana. En un descuido, los vecinos atraparon a Sana y la metieron en una jaula. Paz y yo entristecidos subimos a casa . Paz no se rendía fácilmente y dijo:
- ¡ Preparémonos para salvar a Sana! – Yo cogí tres clips , una cuerda, dos bombas fétidas y un mechero . Paz y yo armados llegamos a la puerta del tercero. Yo abrí la puerta con un clip . En ese momento, el extraño vecino salió y al vernos delante de su puerta preguntó:
- ¿ Qué hacéis aquí?- Paz y yo , asustados, no dijimos nada y nuestro vecino empezó a sospechar de nosotros . Cuando nos íbamos, él encontró el clip de la cerradura y sin decir nada se fue a hacer la compra. Nosotros aprovechamos ese momento para entrar y ponerle unas trampillas : Una cuerda de un lado a otro, dos botes de pintura colgando del techo y nuestra rata en el congelador. Cuando llegó, nosotros huimos y él nos persiguió. Primero tropezó con la cuerda y se le cayeron los botes de pintura a la cabeza. Luego la rata saltó del congelador y le mordió la oreja. Mientras tanto los robots estaban descontrolados y yo pulse el botón de autodestrucción , en ese instante se vio una luz intensa que más tarde se apagó. Al despertar, tras la explosión, un médico curaba mis heridas y ............. (continuara)
Iñigo

LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

La policía había detenido al hermano de Ramón. Este parecía preocupado,
pero no por su hermano. Parecía que Ramón estaba detrás de esto,
y eso mismo pensabamos Paz y yo, entonces decidimos seguirle. Se dirigió al
bajo B. Entró en el garaje y nosotros detrás de el. Ramón se detuvo delante
de una nave espacial y de allí salieron los dos ancianos.:
-¡Son extraterrestres¡ - grito Paz. Lo dijo tan alto que los extraterrestres
pudieron oírla.
- ¿Qué hacéis aquí?- preguntó Ramón.
- ¡Que mas da¡ -dije enfadado – Los tres sois extraterrestres.
- No, puedo explicarlo. Un día, mi hermano y yo estábamos
haciendo un experimento, pero de repente, cayo una nave del cielo
aterrizando en el bajo B. Nos dimos cuenta de que eran extraterrestres. Su nave se había averiado y había caído en la Tierra. Yo los quise ayudar, pero mi hermano quiso entregarlos. Yo se lo impedí y me secuestró.
- ¿Y qué es ese líquido verde? – le pregunté.
- Es gasolina para la nave y como veis ya está lista.- me respondió.
Llegó la hora de marcharse. Ellos lo sabían y entonces, sin decir nada, entraron en la nave, dieron las gracias a Ramón y con solo tocar un botón, la nave arrancó y se perdió en el Cielo.
Josu

LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

Al día siguiente, alrededor de las siete de la mañana, mientras todos los vecinos dormían tranquilos, los extraños vecinos del bajo B se metieron por la ventana de la casa de Paz a coger la receta de las rosquillas.
Los vecinos del bajo B hicieron 500 rosquillas y se pasaron 2 días comiéndolas. Cuando Paz y Alex tocaron el timbre a los vecinos les notaron extraños y por eso llamaron al médico. Él médico les prohibió comer rosquillas en unos cuantos años. Después de un rato apareció Alex con una gran caja de rosquillas para que se las comiesen. Ellos gritaron. .
- ¡Noooooooooooooooo! ¡Rosquillas nooooooooooooo! ¡Por favor, más rosquillas no!
Saioa

SHOLA Y LOS JABALÍES

...Shola se convirtió en la reina de los jabalís. Todos los jabalís del mundo estaban a sus ordenes . Y pensaba:
- ¿Qué puedo hacer yo, una perra de caza, con tantos jabalís? Y una voz siniestra dijo:
- ¡Puedes salvarlos, esconderlos de los cazadores!
- ¡Pero son muchos!
- Llevalos a un lugar lejano donde vivan tranquilos.
- ¡Vale! ¿Pero quién eres?
- Soy el jabalí mas sabio.
Y Shola, los llevo a África, pero no me preguntéis cómo, porque no lo sé.
Los jabalís estaban tranquilos y Shola aprendió una estupenda lección: hacer algo por los demás es una buena cosa. Bueno, depende en qué caso, ¡claro!
Oier

LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

... Entonces decidieron bajar al bajo B y tocar la puerta donde vivían los extraños vecinos del bajo B, abrieron la puerta y Paz y Alex se agarraron del miedo que tenían.
Cuando pasaron un par de minutos, los extraños vecinos del bajo B, se quitaron la mascarilla de la cabeza , entonces los niños se enteraron que no eran extraños vecinos sino sus tíos Miguel y Pepa. A partir de ese momento, vivieron sin tantos sustos. Y después de esta gran broma que les prepararon sus tíos, y para recuperarse del susto, los padres de Alex y Paz les invitaron a cenar a su casa. Vivieron felices y comieron perdices.
Xabi Otxoa

LOS EXTRAÑOS VECINOS DEL BAJO B

................ Sana, Paz y yo nos hicimos amigos de los robots que Ramón había diseñado. Luego fuimos a un bar para cenar todos juntos: mis padres, mi hermana Paz, Ramón, los robots, Sana y yo. Lo pasamos genial, hasta que de repente los robots se pusieron morados. Yo, todo preocupado le pregunté a Ramón por qué se habían puesto morados los robots. Me contestó que su tripa era muy débil. Al final Ramón lo arreglo todo y los robots se recuperaron, cuando comían ya no se ponían de ese color tan especial. Todo acabó genial.
Ane