
Después de enfadarse el profesor se paró y entró en un bar para emborracharse, ¡claro, luego para conducir, como que no! Por supuesto tuvo un accidente. Simón en ese momento estaba haciendo de espantapájaros y no se dio cuenta de nada, pero el verdadero espantapájaros vio todo lo que había ocurrido y fue corriendo a decírselo a Simón, éste se lo contó a sus amigos y todos fueron a avisar a la policía. Cuando vinieron lo llevaron al hospital. Después de pasar unos días en rehabilitación lo llevaron a la cárcel por haber conducido borracho. En el colegio estuvieron tres días sin clase hasta que por fin consiguieron otro profesor. A la mayoría de los alumnos no les importó demasiado el haber disfrutado de esas pequeñas vacaciones.
Izadi
La historia de los niños casi siempre es igual: les gusta ir al cole, pero les parece excelente disfrutar de unos días extras de vacaciones. A pesar de que se lo pasan bien con todo lo que hacen en la escuela, el no tener la obligación de ir siempre resulta atractivo. Hace mucho tiempo que esta historia viene siendo así, ¿por qué será?
ResponderEliminarLa idea de emborracharse que tuvo el profesor no fue nada acertada, sobre todo por las consecuencias que tuvo que sufrir. Si no quieres pasarlo mal, tal vez haya que pensar las cosas dos veces antes de hacerlas, ¿no te parece?
Después de leer tu final, a mi también me han entrado ganas de tener unos dias de vacaciones, ¡Pero ojalá no les pase nada a los profesores para que podamos disfrutarlas!
ResponderEliminar